martes, 2 de diciembre de 2008

La importancia de la "Formación"

Fraternidad de Alicante
Paz y Bien

Las Constituciones Generales de la Orden Franciscana Seglar en su Artículo 44 dedicado a la Formación permanente nos dice:

1. Iniciada en las etapas precedentes, la formación de los hermanos se realiza de modo permanente y continuo. Es una ayuda para la conversión de todos y cada uno y para el cumplimiento de la propia misión en la Iglesia y en la sociedad.

2. La Fraternidad tiene el deber de dedicar especial atención a la formación de los neoprofesos y de los profesos temporales, para ayudarles a madurar su vocación y arraigar el sentido d pertenencia.

Sin formación se dificulta la conversión. Nicodemo necesitó ser instruido por Jesús para iniciar su proceso de conversión. La Samaritana necesitó toda una charla muy instructiva con aquel joven judío llamado Jesús para aclararle donde se encontraba el Dios-Amor que ella buscaba. Los apóstoles necesitaron tiempo de formación para cambiar sus mentalidades cerradas. María Magdalena; en una segunda vocación, llamada, y después de haber estado tiempo con su amado Maestro, recibe el encargo de enseñar y transmitir la "Buena Noticia de su Resurrección" a sus hermanos. En la tertulia en casa de Marta, María y Lázaro, los grandes amigos de Jesús, el Maestro descubre a Marta un campo amplio por donde transitar, el mundo intelectual, el de la Palabra de Dios-Amor reflexionada. Un espacio de diálogo e intercambio de ideas que precisa del estudio. Así podríamos seguir con tantos seguidores de Cristo a lo largo de la historia. Para Amar es necesario conocer. Si no se conoce el Evangelio difícilmente podremos amarlo.
Jesús de Nazaret, desde muy niño, conocía bien los textos sagrados y daba buena interpretación de ellos en la Sinagoga. Formaba parte del aprendizaje de todo buen judío. María de Nazaret conocía muy bien los Salmos y las Oraciones de Alabanza a Yavé. Sabía del clamor de sus antepasadas, "las pobres de Yavé", así pudo entonar el Magnificat.

Sin formación la Misión propia del franciscano queda vacía, sin razón y sin saber explicarla. El carisma Clariano-Franciscano perdería fuerza y sentido evangélico. El cristiano actual es testigo de Cristo, es el mismo Cristo quien enseña en medio del mundo y es parte activa de la Iglesia, tiene que saber dar razones de su fe. Tiene que saber el por qué de su amor a Cristo. Tiene que conocer el Evangelio para saber que Dios-Amor lo llama porque lo ama inmensamente.
La Sociedad exige cada vez mayor preparación. El encuentro gozoso con los demás, con el otro, necesita preparación y formación. Las situaciones son complejas; tenemos miedo, no nos fiamos, nos pueden engañar, podemos correr peligro... , necesitamos conocer para amar, estar preparados para "sembrar los campos" y "remar mar adentro". Necesitamos construir sobre roca y no sobre arena como sabiamente nos recuerda el "Maestro de Nazaret" en su "Buena Noticia".
Los Hermanos de la Orden Franciscana Seglar contemplan el Evangelio en la Escuela de María de Nazaret, la mejor escuela, donde Jesús aprendió desde muy niño. Completan su formación en la escuela de la vida. Es decir: oran, estudian, investigan, leen la Palabra de Dios, buscan otros textos complementarios, conocen los escritos de Francisco y Clara, Conferencias, Tertulias... Todo ello forma parte y tiene mucho que ver con la palabra CONTEMPLAR.


La formación del Franciscano Seglar pasa por la Contemplación que va muy unida al estudio.


Cuando no podamos hacer grandes estudios, por lo menos, leamos el Evangelio.
La lectura una tarea cotidiana